Uno de los proyectos más conocidos en los comienzos de la organización fue el de una fábrica de fósforos que ofrecía a los trabajadores unas condiciones laborales que eran impensadas en su época. En esos tiempos se usaba mucho azufre en la producción de fósforos, lo cual producía enfermedades graves en los empleados. El Ejército de Salvación creó una fábrica que usaba otras alternativas para que los trabajadores no corrieran peligro, y a su vez les ofrecía un sueldo más alto. Esto produjo que el resto de las fábricas mejorarán sus métodos de producción y al poco tiempo la utilización de azufre en los fósforos fue prohibida.

Hoy en día, el Ejército de Salvación es una de las organizaciones de trabajo social más serias y relevantes a nivel mundial. Su trabajo en respuesta a desastres naturales es reconocido internacionalmente y sus múltiples y diversas acciones sociales alivian las necesidades de millones de personas alrededor del mundo.