A la mayoría nos gusta que nos tengan en cuenta. Que nos inviten a esa ocasión especial, que se acuerden de nuestro cumpleaños, que nos pregunten cómo estamos cuando tenemos los ojos tristes, que nos conviden las galletitas dulces que trajeron al trabajo.
Que nos tengan presentes de manera individual y no como parte del montón, nos recuerda que somos especiales, únicos e importantes. Porque es un hecho que los somos, todos y cada uno de nosotros; pero muchas veces lo olvidamos y es lindo que nos hagan acordar.
En nuestra sociedad viven muchas personas que por diversos motivos se encuentran dentro de un contexto de vulnerabilidad. Y ese mismo contexto generalmente los margina de muchos espacios y posibilidades. En esa marginalidad, pocas veces se les recuerda lo importante que son y muchos crecen pensando que son insignificantes, irrelevantes y que no tienen valor. Con frecuencia su autoestima está dañada, rota, y no comprenden el concepto de “dignidad”. “¿Valiosos por el simple hecho de ser humanos?” la idea les resulta lejana, ajena, casi sin sentido.
Es que, si bien es una verdad indiscutible que todas las personas somos igual de importantes y tenemos el mismo valor; la realidad es que no todos somos tratados de la misma manera ni vivimos en las mismas condiciones. Y, en la mayoría de los casos, la manera en la que vivimos y la forma en la que nos tratan los demás, influye de manera directa en cómo nos vemos a nosotros mismos.
Pequeños Puentes, se trata de eso: de llevarles dignidad, ilusión, magia y reconocimiento (a niños y niñas de 0 a 12 años que asisten a comedores comunitarios de San Miguel, GBA) en ese momento de la vida donde se construyen para cualquier ser humano las ideas, recuerdos y valores más fundamentales: la infancia.[1] Se trata de hacerles saber a los más pequeños que ellos son muy valiosos, importantes y especiales. Se trata de que, a través de pequeños puentes entre un niño o una niña y un donante, los chicos crezcan sabiendo que no son uno más del montón, sino que cada uno de ellos es único e irrepetible.
La idea surgió poco antes de la navidad del año 2012. En ese tiempo, a una profesora de literatura llamada Pilar se le ocurrió que, así como su hijita iba a escribirle una carta a Papá Noel para pedirle un regalo, otros niños debían tener la posibilidad de hacer lo mismo y recibir por primera vez no “lo que les toque”, “lo que sobre” o un juguete viejo que otro niño ya no use, sino lo que realmente quisieran. (De acá surge el concepto de “solidaridad personalizada” que caracteriza a Pequeños Puentes.)
Pilar compartió su sentir con sus alumnos, y en poco tiempo prácticamente todos los chicos de la escuela donde ella ejercía su profesión estaban involucrados como voluntarios en lo que sería el primer “Yo quiero ser tu Papá Noel”. Distribuidos en equipos, los estudiantes buscaron comedores comunitarios para trabajar con ellos y gestionaron la actividad para que los niños de cada comedor le escribieran quizás su primera carta a “Santa”. Los voluntarios también se ocuparon de vincularse con donantes que respondieron a las cartas, y de entregarle los regalos a los niños.
Durante la experiencia, los voluntarios tuvieron que convencer a niños que no concebían la posibilidad de que ellos podían elegir qué pedir, de que realmente podían hacerlo, y esta primera campaña fue el comienzo de un proyecto que hace 11 años sorprende a niños y familias.
Hoy, Pequeños Puentes está conformado por 40 voluntarios que no solo trabajan mucho por regalar magia y felicidad en Navidad; también lo hacen en el día de la Niñez con la campaña “Yo soy mi nombre”, proyecto mediante el cual refuerzan la identidad de los niños y les permiten elaborar una pieza artística original para “intercambiar” por un juguete didáctico con el cual estimular su neurodesarrollo y fomentar su creatividad.
Además, la fundación desarrolla los proyectos “Mi caja escolar”, que otorga a los niños una mochila nueva y completa antes del comienzo de clases; “Leer y crecer”, que les entrega un libro nuevo acorde a su edad para estimular la lectura y la comprensión de textos; entre otras iniciativas cuya finalidad es la de avanzar en el cumplimiento de la misión para la cual Pequeños Puentes nació.
Actualmente se encuentran trabajando en la campaña del Día de la Niñez 2023, con la cual podés colaborar a través de este enlace. Además, podés encontrar acá otras maneras de ayudar a este proyecto, o acá, la forma de ponerte en contacto directamente con ellos. Que alivio descubrir que en una sociedad muchas veces turbulenta y fría, no todos usen los ladrillos para construir muros y paredes que nos separen, sino que hay quienes todavía se animan a invertir su tiempo, fuerzas y recursos para crear puentes, que, aunque a veces sean pequeños, son más trascendentes de lo que podemos imaginar.
[1] https://www.pequenospuentes.org.ar/proyectos